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Mi hijo tiene miedo de ir a la escuela

20-02-2015
Hemos oído a papás que dicen: “Mi hijo, por la mañana a la hora de levantarse para desayunar e ir a la escuela empieza a quejarse de dolor de estómago, cabeza, náuseas; o tiene “tanto sueño” que no logra levantarse”. Algunos padres lo dejan en casa pensando que algo que comió, le cayó mal o que está empezando una gripe o enfermedad parecida. Pero curiosamente, pasada esta hora el niño parece mejorar repentinamente, es más, juega y se muestra tan sano como siempre.
 
Los papás dicen: “¡Qué bien!, no estaba empezando nada, el malestar pasó”. Pero… al día siguiente se repite exactamente el mismo cuadro y a la misma hora. Así puede pasar la semana entera hasta que al llegar el sábado y el domingo el niño salta de la cama con energía y sin ninguna queja física, y desayuna sin ningún tipo de problema. Seguramente a esas alturas los papás ya advirtieron que los “síntomas” aparecen sólo en los momentos previos a acudir al colegio.
 
¿Qué pasa con estos niños?
 
En todo colegio existe el profesor “malvado” al que todos temen.  A veces no se trata de una mala persona sino que tiene una personalidad seria y estricta que lo perfila de ese modo. Sin embargo, hay otros que efectivamente lo son y “abusan” sobre los más débiles, que generalmente son los más pequeños. Pero atención, pues también hay profesores que usan “la amenaza” como arma principal de su enseñanza y no necesariamente cumplen sus roles de orientadores. Pero mi hijo también puede estar sufriendo alguno de estos problemas:
 
Angustia de separación. Es la ansiedad o miedo intenso que experimenta un niño cada vez que se separa de sus padres o las personas que cumplan esa función, muchas veces la preocupación por parte del niño de que sus padres sufran un daño cuando no están presentes y siempre, la evitación de las situaciones que impliquen dicha separación, como por ejemplo: Cumpleaños, escuela, casa de amigos o salidas con personas que no sean sus padres, etc.
 
También existe la Fobia Escolar. Es la ansiedad o miedo intenso que experimenta un niño ante la “situación escolar” y que se expresa a través de llanto, berrinches, comportamiento inhibido y/o abrazarse a los adultos con quien esté, cada vez que dicha situación se aproxime o sea anticipada por el niño. No es necesariamente reconocido como “miedo” por el niño. Se acompaña de la negativa a concurrir a la escuela. No tiene que existir una base “real” para el miedo, sino que debe tratarse de un miedo irracional o “sin motivo”.
 
Qué hacer?
Primero que nada, averigüe exhaustivamente si alguna cosa está sucediendo en la escuela que haga que el niño no quiera concurrir. Una maestra “malvada”, un niño que lo molesta. Si esto fuera así debemos resolver junto con el niño el tema de que se trate (habría que ver cómo, según qué tema sea).
 
Una vez descartado esto lo que debemos hacer es no permitir que el niño siga evitando la situación que teme. Si le permitimos la evitación, porque esa actitud en el momento tranquiliza al niño y por lo tanto a los padres también, lo único que lograremos es aumentar la intensidad del temor y perpetuarla en el tiempo.
 
Los papás se preguntarán cómo obligarlo a acudir al colegio si tiene tanto miedo, o claros síntomas físicos, o grita y patalea. Ni va a ir a la escuela como si nada le sucediera ni va a dejar de ir. Va a asistir acompañado por los padres (o por uno de ellos) y va a ir haciendo una aproximación gradual a la situación que teme: A la escuela.
 
Aunque parezca difícil es un tratamiento relativamente rápido (dependiendo en gran medida del tiempo que haga que al niño le está sucediendo) y altamente efectivo, pero requiere de paciencia por parte de los padres y de buena disposición por parte de los profesores, para poder realizar una tarea de conjunto.