Ser mamá es un trabajo hermoso, pero nada fácil. Las primeras etapas son complejas, desorganizadas, nuevas y generan ansiedad. Debes conocer a tu bebé, acostumbrarte a él… y él también debe comenzar el vínculo contigo. ¡No es fácil!

Hay algunos errores que normalmente comenten las madres primerizas, que te contamos en esta nota para que puedas evitarlos:
1- Demasiado abrigo.
Los  médicos recomiendan abrigo para los más pequeños, pero esto no debe  obsesionarte. Abrigarlo demasiado puede generar sudoración y posibles  resfríos después. Debes pensar en tu propia temperatura corporal y  vestir a tu bebé acorde. No exageres con el abrigo. Toca sus manos y sus  pies, y verás si están fríos, como para sí agregarle más ropa. Si  transpira, en cuello y cabeza, es momento de desabrigarlo. ¡No tengas  miedo!
2- Exposición al aire demasiado directo, ya sea caliente o frío. 
3- Esterilizar obsesivamente todos sus utensilios. 
Los  médicos pediatras recomiendan cuidar la higiene del bebé hasta el año,  tomando los recaudos necesarios. Pero cuidado… no te obsesiones con  esto. Tu bebé estará en contacto con determinadas bacterias, que también  lo ayudan a desarrollar y potenciar sus defensas. Esto evita  enfermedades e infecciones. Así que a menos que tu bebé sea prematuro y  tengas especiales indicaciones de potenciar tus cuidados higiénicos, no  te preocupes en esterilizar absolutamente todo, porque no lo estarás  ayudando.

4- Mantener un silencio extremo durante el día cuando tu bebé duerme. 
No  es sano para tu bebé porque luego deberá irse acostumbrando a los  ruidos durante el día. Respeta los patrones del sueño del bebé, para que  poco a poco comience a dormir de noche y estar despierto de día. Si  exageras con el silencio, luego te costará hacerlo dormir.
5- Bañar al bebé todos los días. 
Los  pediatras recomiendan bañar a los bebés unas 3 veces por semanas, no  más. Sí debes cambiar el pañal e higienizarlo continuamente, pero no es  necesario el baño completo; a menos que sean las temperaturas demasiado  altas.
6- Dejar que duerma en tu cama.
¡Cuidado! Puede ser una ayuda para que duerma al comienzo, pero es un riesgo para el bebé que tú te duermas a su lado. 
7- Ten paciencia a la hora de amamantarlo. 
No  lo apures ni impongas sus tiempos. No cambies de pecho antes de que  termine. Deberás controlar tu ansiedad y sobre todo tu cansancio, para  que tu bebé se alimente tranquilamente.
8- Si ves que no puedes, pide ayude, eso no te hace menos madre. 
Los  cambios y complicaciones luego del parto estarán. La ansiedad, los  miedos, el cansancio, el esfuerzo físico y emocional juegan en esta  etapa… y debes considerar el hecho de pedir ayuda. Admite tus  limitaciones y anímate a buscar compañía de esas personas que te  quieren.

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