Recomendaciones para cepillarse los dientes durante la infancia

11-02-2013

Una buena higiene bucal infantil  repercute positivamente en la salud, ya que permite minimizar las enfermedades dentales y gástricas, mantiene las encías y los dientes sanos y reduce el riesgo de caries. Con el objetivo de enseñar buenos hábitos de higiene bucodental, Vitaldent ha creado un decálogo de consejos y recomendaciones para el cepillado de los dientes durante la infancia dirigido a padres.

• Los padres deben encargarse del cepillado de los dientes de los niños hasta que estos cumplan seis años, aunque desde los tres años pueden colaborar con el cepillado, de forma que se acostumbren al hábito diario. A partir de los seis años, el niño puede empezar a lavarse los dientes de manera autónoma con un cepillo de dientes para niños, pero siempre supervisado por un adulto.
• Los primeros dientes del bebé deben limpiarse con un cepillo de cerdas suaves y sin pasta dental para evitar que se trague el flúor.
• La higiene bucal debe comenzar desde bebé, antes incluso de que crezcan los dientes. Los padres deben limpiar diariamente las encías del bebé con una gasa húmeda para eliminar las bacterias bucales.
• El método más recomendado para limpiarse los dientes es comenzar a cepillar las muelas de arriba, después las de abajo y por último las piezas delanteras, siempre con movimientos de abajo hacia arriba.
• Los dientes de leche eben limpiarse de la misma forma que los permanentes, ya que la aparición de caries en los dientes de leche puede continuar en los dientes definitivos.
• El momento de cepillarse los dientes debe ser atractivo para los más pequeños, por eso es importante que sea divertido, inventando  juegos o canciones relacionados con esta rutina. Una imposición estricta puede provocar que los niños le cojan manía o piensen es aburrido. También es importante motivar de forma continua a los niños para que cuiden su salud dental y felicitarles siempre que avancen en esta dirección.
• Realizar una revisión anual con el Odontopediatra es indispensable a partir de los dos años o cuando se tengan todos los dientes, además de explorar periódicamente la boca hasta la pubertad para detectar problemas bucales como sarro, flemones o caries.