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Palabras que dañan la autoestima de un niño

23-02-2014
Frases que perjudican el crecimiento emocional de un niño. 
Definitivamente la tarea de ser papás no es fácil. No sólo debemos preocuparnos por la salud y el bienestar físico de nuestros hijos, sino que además debemos hacer que crezcan emocionalmente sanos y felices.

Como seres humanos que apenas están conociendo el mundo, nuestros hijos van construyendo su personalidad poco a poco y nosotros, que ya la tenemos definida, somos quienes les damos un ejemplo con nuestra conducta. La manera en que nos comportemos y los tratemos influirá en su forma de ser.

El vínculo padres- hijos hace que para ellos seamos un modelo a seguir, por lo que "todo" lo que les digamos será determinante para ellos.

Somos su espejo y ellos creen todo lo que les decimos. Sin embargo, muchas veces no somos conscientes de lo que decimos y es cuando repetimos palabras y frases que se graban en su mente y van formando el concepto que tendrán de sobre ellos mismos.

A veces pensamos que una simple palabra es inofensiva y que sirve para formar el carácter y la disciplina de nuestro hijo pero su poder es tal que, con decirlas una sola vez, podemos abrir una herida profunda que se va a reflejar en una autoestima baja.

Las frases negativas producen sentimientos de culpa, temor y odio del niño hacia sus padres, hermanos y ellos mismos. Mientras que los halagos excesivos pueden hacer que el niño se sobre exija inconscientemente, disminuyendo su tolerancia a la frustración, sobre todo cuando entiende que no siempre era tan cierto lo que sus padres le decían.

Hemos elegido algunas acciones y  frases que los padres decimos comúnmente a nuestros hijos y que, aunque no lo sepamos, son perjudiciales para su crecimiento emocional.
 
 
 
Etiquetar Frase negativa Lo que debes decir y hacer
Las palabras de los padres son ley para los niños.

 
· 

 - ¡Qué mentiroso eres!

 - ¡Eres el más guapo de todos!

- No puedo confiar en tu palabra si lo que dices no coincide con lo que haces.·

-Creo que eres lindo.

Hacer predicciones negativas: si los niños sienten que sus padres no creen en ellos, seguramente su actitud hacia la vida será pobre y poco decidida. -¡Nunca trinfarás! - Bueno, hoy no te fue muy bien pero yo sé que puedes hacerlo.
Chantajear: con esto lo que hacemos es culpar a los niños por actos ajenos a ellos y hacerlos creer que son responsables de todo lo negativo que pasa. La culpa excesiva puede inhibir la adopción de decisiones y comportamientos autónomos, por miedo a ofendernos.
 

 - ¡Me vas a matar de un infarto!

- Si te vas, te voy a extrañar y estaré muy triste.

  -Discúlpame por haberte gritado. Estoy muy cansada pero te prometo que voy a controlar mi temperamento.

 ¡Diviértete!

Negar o condicionar el amor: si lo rechazas, el niño comenzará a pensar que no merece ser amado y este sentimiento lo hará tener problemas para entablar relaciones sociales de cualquier índole. Recuerda que ellos necesitan saber que sus papás los aman ya que así serán emocionalmente fuertes y felices.

- ¡Quítate! ¡No ves que estoy ocupada!

- ¡Me das vergüenza!

- Demuéstrale tu amor siempre con abrazos, besos, sonrisas, pero también dile lo mucho que lo quieres.
Ser perfeccionista: al estar exigiéndole excesivamente, lo que estás diciéndole es que no es tan bueno y por eso debe mejorar.  - ¿Sacaste 9? Seguro no estudiaste lo suficiente.

 ¡Muy bien! Veo que te esforzaste.

 Creo que debes estudiar un poco más ¿qué piensas tú?

Comparar: con esto, sólo creas resentimiento y rivalidad entre tus hijos, tanto si las comparaciones son positivas como si son negativas.

 

 - Tu hermana estudiaba mucho a tu edad.

- Tu juegas mejor futbol que tu hermano.

 -Tus calificaciones son buenas. Sigue estudiando.

- ¡Que bien que juegas al futbol!
Maldecir: este tipo de frases son agresiones verbales y se las estamos diciendo constantemente, su autoestima irá por el suelo.  -  ¡Maldito seas! ¿Por qué no puedes dejar tu cuarto en orden?  Este desorden me molesta. Por favor ven a recoger tus cosas.
Humillar: si los humillamos se sienten torpes y tontos. Si lo que queremos es que comprendan sus errores, lo que logramos es que se sientan muy tristes e inútiles; si lo hacemos en público, lo que lograremos es que sean retraídos e inseguros.
 

 - Es que ella es muy tonta…

- ¡Tan grande y todavía te orinas en la cama!

 -Nunca humilles a tu hijo.

·- No es tan fácil aprender a usar el baño, ¿no? Vamos intentarlo la próxima vez, ¿está bien?

Amenazar: Las frases que significan peligro para el niño, generan inseguridad y miedo del mundo. Si los amenazamos con abandonarlos, posiblemente  fomentarás sentimientos de dependencia en sus relaciones personales.  - Si no vienes ahora mismo, voy a buscarte y ¡vas a ver! - Ven por favor, necesito hablar contigo.

 

Las frases que podemos utilizar para reemplazar a las que llamamos "negativas" son muy sencillas. Con ellas hacemos sentir a los niños que los comprendemos y entendemos. Son excelentes maneras de formar y fortalecer su autoestima, además de demostrarles que los amamos.