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Cómo favorecer el desarrollo de la creatividad de los niños
16-03-2015
En los primeros dos años de un niño, la forma de aprender se basa en su relación con el mundo que lo rodea, y para conocer su entorno, toca, chupa, mueve, golpea, tira los objetos y así recibe la información que necesita para adquirir aprendizajes tales como: duro, blando, frío, agradable o desagradable. En esta primera fase, la pediatra recomienda a los padres ofrecer un medio enriquecedor en estímulos visuales (móviles, juguetes que giren), auditivos (cantar, conversar con el bebé, leerle cuentos) y tacto (bailar, mecer, dar masajes, ‘arrunchar’ y jugar a ensuciarse).
De los dos años en adelante, cuando ya han aprendido a hablar y a caminar, los niños se vuelven grandes exploradores, siempre en movimiento. En este momento, la labor de los cuidadores consiste en reconocer el temperamento y los intereses del menor, aplicando –según Rico– la teoría de ‘inteligencias múltiples’, en la cual tanto maestros como padres deben respetar y estimular actividades tales como: arte, música, lectura, deportes y gimnasia al aire libre.
El papel de los educadores y los padres es estar cerca, pero no “cortar las alas” a los hijos y entender que los niños, como todos, se equivocan y esto les ayudará a aprender de sus errores. Pero si el niño se siente permanentemente criticado se generará el miedo a expresarse, a intentar algo nuevo por temor a equivocarse y se sentirá incapaz. Todo esto redundará en su autoestima.
Actividades que estimulan la creatividad
Si para un pequeño “esa escultura” de plastilina es un dinosaurio, pídale que le cuente su historia con lujo de detalles y sígale el juego. Rico dice que en esos momentos no se debe dañar el gran momento de creatividad diciendo: “Los dinosaurios no tienen alas”. Imaginar es la cualidad más importante del niño. Así, recrear en pintura, en torres de juego, en la arenera, imaginarse un castillo encantado, correr detrás del indio en el parque, que ahora es el Lejano Oeste, hace parte de la capacidad que llevará a los niños a identificar situaciones y personajes que más adelante descubrirá como irreales, pero que le brindaron la posibilidad de crear.
1. Cuando el niño le pregunte algo, cuestiónelo sobre lo que piensa él.
2. Recupere su niño interno y juegue con su hijo. Recuéstese en el parque y mire las nubes: ¿qué es esa, un oso? Y aquella, ¿un dragón?
3. Invente cuentos y que su hijo siga la historia.
4. Cambien el final de un cuento tradicional. ¿Qué pasaría si Cenicienta no hubiera perdido el zapato al momento de escapar?
5. Enseñe tolerancia ante la diferencia, respete sus puntos de vista.
6. Explique la discapacidad y cómo aceptar la diferencia.
7. Ofrezca la oportunidad de hacer juego de roles, donde usted se ponga en la posición de niño y dé herramientas a su hijo para resolver conflictos y aprender de situaciones de peligro.
Tanto los padres como los maestros que deseamos que los niños sean capaces de pensar por sí mismos y generar ideas creativas, tenemos mucho que ofrecerles, simplemente requiere un pequeño esfuerzo por nuestra parte para:
- Potenciar que generen ideas personales sobre cualquier situación de la que hablemos en clase. Todas las ideas han de ser bien recibidas y es importante atrevernos a equivocarnos.
- Promover la libertad de expresión en nuestra clase.
- Invitarlos a que piensen ideas disparatadas diferentes a las acostumbradas. Hablemos de cosas descabelladas, puesto que sólo los más locos son capaces de innovar.
- Facilitar el trabajo en equipo. Muchas veces, dos mentes piensan más que una, compartamos razonamientos para expandir nuestras posibilidades. Las opiniones de otros enriquecen las nuestras.
- Favorecer la experimentación de lo que estamos aprendiendo. Cuando lo hago por mi mismo soy capaz de aportar nuevas propuestas porque lo estoy viviendo.
- Intentar hablar de problemas reales entre todos, buscando una posible solución a los mismos. Así poco a poco aprendemos a aplicar nuestra creatividad a nuestra vida real, lo cual nos será muy útil en el futuro.
- Y sobre todo, no olvidar que todos somos potencialmente creativos... sólo necesitamos saber desarrollar y desbloquear nuestras cualidades creativas.
¿Cómo fomentar la creatividad en la familia?
Es importante empezar cuanto antes, porque en los primeros momentos, meses y años de vida, cada contacto, cada movimiento y cada emoción supone una inmensa actividad eléctrica y química en el cerebro, ya que miles de millones de neuronas se están organizando en redes que establecen entre ellas billones de sinapsis. Por ello, es durante la etapa de educación infantil cuando se producen más cambios en los niños en todas las áreas: física, motora, cognitiva, lingüística, afectiva y social. Y, por todo esto, es recomendable empezar cuanto antes a potenciar la creatividad de nuestros hijos de la siguiente manera:
- Lo más importante es jugar. A través del juego, la imaginación y las emociones de los más pequeños pueden fluir y salir hacia fuera, de formas tan bonitas como pintar un dibujo en el que piratas, hadas y gigantes cobran vida.
- Olvídate de libros y de manuales a seguir, relájate y pasa tiempo de calidad con tu hijo/a.
- Pónte a su altura, jueguen juntos, imaginen, dejense llevar, improvisa, abre tu corazón y deja salir tus emociones ... no hay mejor ejercicio que éste para alimentar la creatividad de nuestros niños.
- Dale libertad para que desarrolle su imaginación y respeta su tiempo de aprendizaje. Esta libertad puedes conseguirla en muchas situaciones habituales, por ejemplo, cuando tenga un juguete nuevo, no le des un modelo, primero déjale que explore y que pruebe todas las posibilidades, seguramente nos sorprenderá; plantéale situaciones absurdas en rutinas diarias como el baño o recurre a la magia de una varita con la que reconvertir sus juguetes, ...
En momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. “A. Einstein".
Autores como Parra & Gómez (Creatividad para padres) y The Creativity Institute crearon guías para cuidadores interesados en incentivar la creatividad.