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Cómo enseñar a tolerar las frustraciones en los niños.
24-09-2015
Los fracasos y las frustraciones son algo normal en la vida de las personas. Es fundamental que durante su desarrollo los niños, aprendan a superar estos aspectos de manera constructiva. Como educadores debemos enseñar a los niños y niñas a enfrentarse a aquellas situaciones en las que se han equivocado y aquellas en las que no se consigue lo que uno quiere.
Nuestro hijo de 3 años tolera muy mal las frustraciones. ¿Cómo ayudarle?
Enseñar a tolerar la frustración es una tarea difícil, pero de lo más educativo y prepara efectivamente para la vida. Un niño que aprende a tolerar la frustración estará en mejores condiciones de afrontar en el futuro sus estudios, las relaciones con los demás y de conseguir aquello que se proponga.
Afortunadamente su hijo es pequeño y le va a resultar más fácil enseñárselo:
1º. Deje que viva las pequeñas frustraciones de cada día, no se las evite constantemente.
2º. Eviten una sobreprotección excesiva, sin poner en riesgo su seguridad, pero dejen al niño que experimente que se equivoque…
3º. No le concedan todos los caprichos.
4º. Aumenten su autonomía personal: todo lo que los niños de 3 años suelen hacer en cuanto vestido, aseo, comida… debe hacerlo solo, sin su ayuda.
5º. Cuando llore por pequeñas cosas, no acuda inmediatamente a consolarlo.
6º. Evite que las cosas sean inmediatamente a que él las pida. Dígale que “no” a aquello que no sea conveniente, sin dar demasiadas explicaciones.
7º. Utilice con frecuencia la estrategia de “aquello…después de hacer esto”.
8º. Enséñele exigiéndole que las actividades se comienzan, se realizan y se terminan.
9º. Enséñele a actuar ante la frustración, para ello haga de modelo en situaciones en las que ustedes se sienten frustrados: verbalice sus pensamientos en voz alta y actúe adecuadamente.
10º. Elogie los logros del niño en este aspecto.
11º. Que las expresiones de frustración del niño no cambie sus decisiones iniciales.
Debe educarse a los niños a medida que van encontrándose obstáculos y los van superando. Cuando un niño no ha aprendido a tolerar la frustración, sentirá rabia y abandonará, pensando "es injusto", "es demasiado difícil", "ya no quiero intentarlo más". Si los papás y los maestros educamos estas emociones y le ayudamos a tolerarlas y encontrar estrategias que permitan superar el obstáculo, los niños aprenderán que las dificultades se pueden superar. Esto hará que acepten la situación sin enfadarse, y dediquen su energía a solucionar el problema pensando "como puedo arreglarlo?" "que puedo mejorar la próxima vez?"
A veces tratamos de evitarles el dolor y las frustraciones, pretendemos hacerles felices dándoles lo que desean, evitándoles las cosas malas, pero estamos equivocados. Una persona feliz no es aquella que no se equivoca nunca o aquella que siempre consigue todo lo que quiere. Todas las personas cometen errores, y a todas las personas les cuesta conseguir lo que quieren. Es parte de la condición humana. Una persona feliz, es aquella que sabe afrontar sus errores, aprende de ellos y sabe superar la frustración de forma constructiva.
Si evitamos a nuestros niños y niñas las frustraciones, llegara un día irremediablemente en el que tendrán que enfrentarse a esto y no podrán hacerlo porque no tendrán los recursos emocionales para ello, por el contrario convierte así la frustración en aprendizaje. Que el niño lo conciba como una oportunidad para aprender y ser creativo.
Algunas Pautas:
Haz que haga las cosas por sí mismo. No le des todo hecho, haz que piense, aunque al principio no sepa hacer ciertas cosas. Déjale que lo haga el solo que piense, que lo intente y que tenga la oportunidad de equivocarse y de enfrentarse al fracaso. De esta forma se aprende que podemos equivocarnos, pero que si nos equivocamos podemos también solucionarlo. Con esto también fomentamos su iniciativa personal, su autonomía y evitamos que tenga miedo a hacer las cosas por sí mismo.Natalia, está jugando con sus hermanos mayores a un juego y no quiere jugar sola, quiere que alguien vaya con ella, porque dice que no sabe. Debemos animarla a que juegue sola, podemos ayudarla dándole pautas, haciendo de guía pero dejándola sola.Evita la sobreprotección y el exceso de permisividad.
Enséñale que en toda situación de fracaso puede haber algo positivo. Esto puede parecer complicado, pero es fundamental. Ante todo fracaso hay siempre algo positivo que es la capacidad de aprender de ello, la posibilidad de crecer como persona también.Marcos está haciendo sus deberes y se ha equivocado. Hizo sus ejercicios con boli y no puede borrarlo, por ello tiene que arrancar la hoja y repetirla entera. Con rabia tira el cuaderno al suelo y dice que tiene que volver a repetirlo que le salen las cosas mal y que está harto. Con paciencia le diremos que no se preocupe, que a todos nos ha pasado alguna vez, que lo bueno es que podrá hacer todo en limpio y le quedara mucho mejor presentado (eso es algo positivo), “luego te sentirás orgulloso de tu trabajo” cuando lo repita debemos decírselo “mira que bien ha quedado ahora” “esto esta fenomenal Marcos”
No refuerces la rabia como respuesta a la frustración. Cuando el niño o niña siente frustración suele responder con rabia. Si cedemos a sus rabietas, le enseñamos que es una forma fácil de superar esa situación y conseguir lo que quiere.Alberto quiere un juguete nuevo que ha visto en la tienda, lo pide a sus papás, y estos le dicen que no pueden comprárselo que espere a su cumpleaños y se lo regalaran. Alberto responde con una rabieta se pone a llorar y a patalear. No debes comprarle el juguete. Es un error pensar que el niño para ser feliz necesita todo lo que quiere. Debemos no hacer caso a su rabieta.
Haz de ejemplo para los niños y niñas. Los más pequeños aprenden e imitan lo que ven. Somos un modelo de conducta para ellos, nuestro modo de actuar es el que les guía para enfrentarse a situaciones de la vida. Ante situaciones que puedan provocar frustración o fracasos, debemos mantener una actitud positiva. Y esforzarnos por superar las dificultades.
Educa en el esfuerzo pero marcando objetivos razonables. Los niños y niñas han de aprender que para conseguir ciertas cosas es necesario esforzarse. De esta manera verán que el esfuerzo es una manera de solucionar sus fracasos. Es bueno hacer que el niño o niña se esfuerce, pero su nivel de exigencia a de ser razonable, si le ponemos un nivel demasiado alto, no lo conseguirá y conseguiremos lo contrario, pensará que esforzarse no sirve para nada.Mario está aprendiendo a nadar, el primer día que intenta hacerlo sin flotador se asusta y ya no quiere volver a intentarlo. Debemos animarle, decirle que poco a poco lo conseguirá, y marcarle metas. En primer lugar podemos ponernos cerca de él a una distancia corta y animarle a que nade esa distancia, poco a poco iremos aumentando la distancia. Si pretendemos que en el primer intento haga una distancia larga, no lo conseguirá y pensara que su esfuerzo no sirve para nada.Con esto le enseñamos también a ser perseverante. El esfuerzo es importante, pero hay que esforzarse poco a poco y no abandonar ante el primer fracaso o dificultad.
Razona con él sobre sus errores y fracasos. Que entienda lo que ha pasado, que ha salido mal. Si lo entiende se sentirá tranquilo y ganara confianza porque sabrá lo que tiene que hacer la próxima vez.
Por Celia Rodriguez Ruiz