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Cómo actuar en las peleas entre hermanos
16-02-2016
En primer lugar, debemos distinguir si la pelea entre los hermanos es un problema habitual o si se trata de unaanécdota puntual. Es decir, si un día nuestros hijos se pelean tenemos que separarles, comentarles que eso no se debe hacer y no darle más importancia. Confiemos un poco en ellos. Si, por el contrario, esto se convierte en algo más frecuente, es el momento de actuar, adoptando estas medidas:
Detener la pelea. Lo primero que hay que hacer siempre, por supuesto, es separar a los niños si se están agrediendo físicamente, o hacerles callar si es una discusión verbal. Si les vemos alterados, lo ideal es mandarles a diferentes estancias de la casa hasta que se encuentren relajados para poder conversar acerca de lo sucedido.
Mediación. Una vez que los ánimos estén más calmados es el momento de la mediación. Este es un proceso a largo plazo que nos dará mucho trabajo, pero que tendrá unos efectos más persistentes y conseguirá mejores resultados que el castigo, que no podrá ser aplicado en su futuro como adultos cuando tengan un enfrentamiento con los demás. En el momento inicial de la mediación, ambos niños deben explicar qué ha pasado según ellos, centrándose en los hechos y no en la búsqueda de culpables. Es imprescindible que el otro escuche a su hermano sin interrumpirle aunque no esté de acuerdo. Tienen que aprender a escuchar al otro. Si lo vemos necesario, podemos preguntarles qué ha dicho su rival para tener claro que ambos han entendido el punto de vista del otro. Así, progresivamente, aprenderán a respetar los sentimientos del otro.
Aportar soluciones. Con las posturas sobre la mesa, es el momento de las soluciones. Ellos deben proponer algunas y nosotros otras si vemos que las de ellos aún no son adecuadas (irán aprendiendo a buscar las mejores). Cuando haya propuestas las anotaremos y debatiremos sobre ellas: ¿qué nos parece cada una de ellas? ¿Cuál es la que más nos satisface a todos? Casi siempre sucede que la mejor es aquella en la que ambos deberán ceder en algo. Una solución consensuada será más respetada por ellos que una impuesta.
Supervisar los acuerdos. Toda decisión tomada en la mediación ha de ser supervisada para comprobar si los acuerdos adoptados son respetados por ambas partes. Al principio muchas veces veremos que no lo hacen, y entonces tendremos que sentarnos a hablar con quien no cumple su parte del trato. Es preciso tener paciencia, porque es un método que no encuentra soluciones de hoy para mañana, es más lento, pero sus resultados perdurarán toda la vida.