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Tips para la elección de juguetes según la edad (2 a 12 años) - Segunda Parte

27-08-2012

El juego simbólico o de ficción, unido a la fantasía y la creatividad, es lo más característico. Un dato importante de este periodo es la adquisición del lenguaje. Esto, unido a la maduración de las estructuras mentales y del pensamiento, hace que se desarrolle el juego simbólico, que, a su vez, ayuda en la evolución del lenguaje y en la comunicación. Utiliza un objeto como si fuera otro diferente; por ejemplo, un palo como si fuera una cuchara. El juego simbólico va, poco a poco, evolucionando y perfeccionándose:

De los dos a los tres años: Juega a dar de comer a sus muñecos, acostarlos para dormir o es capaz de arrastrar una silla haciendo el ruido de una moto.

De los tres a los cuatro años: Es la etapa de los amigos imaginarios: crea en su mente amigos con los que establece juegos y aventuras. El juego simbólico es bastante más complejo y las situaciones son mucho más elaboradas. Ya no se limita simplemente a dar de comer al muñeco, sino que puede recrear todo lo que gira entorno a la situación de la comida: ata el babero, elabora el menú, pone la mesa, agarra la cuchara, le da de comer…

De los cuatro a los cinco años: El juego simbólico puro va desapareciendo como tal para dar lugar a un juego de fantasía colectivo, acercándose así poco a poco a las normas del grupo.

A partir de los cinco años: Empiezan a desarrollarse los juegos de construcciones, montajes y ensamblajes. Les gustan los coches, trenes y aviones, las casitas para muñecas, los muñecos de acción articulados, los juguetes que implican movimiento. Copian la realidad de lo que observan en su entorno: juegan a las casitas, a los colegios, a los hospitales.

Hasta los siete años: El juego va desarrollándose con el fin de convertirse en algo más social y no tan libre como hasta el momento. El niño empieza a concebir el juego como una actividad colectiva y como su principal fuente de socialización. En esta etapa, antes de pasar a los juegos de reglas, toman especial importancia los ya iniciados juegos de construcción. De hecho, la creatividad se manifiesta en las construcciones. Ya conoce el funcionamiento de las leyes físicas y desea usarlas, aprovecharlas y conquistarlas montando castillos, puentes, casas, circos, monstruos y carreteras.

El juego característico de esta es el de reglas simples, que lleva implícita la socialización, ya que necesita de los otros para desarrollarse. Las reglas pueden venir impuestas desde fuera o surgir espontáneamente en el grupo. El niño cada vez está más preparado para controlar varios puntos de vista distintos, empieza a considerar los objetos y los acontecimientos bajo diversos aspectos y es capaz de anticipar o modificar los datos que posee. Los juegos de reglas simples pueden ser de secuencias, de circuitos, de habilidad, deportivos sencillos, etc.

A los ocho años: El niño se siente atraído especialmente por los juegos de mesa. En este tipo de juegos le cuesta mucho aprender lo que es perder.

A los nueve años: Es capaz de buscar el entretenimiento en la lectura – quizá sea un buen momento para fomentarla -, también es la edad de los juegos que estimulan la competición: a ver quién es mejor en esto o en aquello.

A partir de los 10 años en adelante: Los niños ya forman grupos y necesitan desarrollar normas para organizarse. Les gustan las construcciones mecánicas, los deportes o las aficiones que en la familia les hayan enseñado (montar en bici, ir de pesca, hacer senderismo, coleccionar, etc.). También les atraen los juegos de rol sobre la vida social y empiezan a preocuparse por su aspecto físico, por la ropa y el pelo.

En esta última etapa, más próxima a la adolescencia que a la infancia, los juegos suelen estar supeditados íntegramente al juego en grupo, aunque últimamente los juguetes tecnológicos quizá fomenten más la individualidad. Los juegos son los  de reglas complejas, que necesitan razonamiento, análisis e interpretación por parte del jugador. La diversión en grupo ocupa la mayor parte del tiempo y el ocio se dedica íntegramente a él.

Los juegos típicos de esta edad son los de estrategias complejas, los deportivos – que van pareciéndose a los de los adultos -, los de reflexión y los controvertidos videojuegos, que toman especial relevancia.

Los adolescentes se preocupan más por las cuestiones abstractas, por construir teorías abstractas, por construir teorías filosóficas. Empiezan a interesarse por las doctrinas complejas, a inventar modelos sociales nuevos y, como se suele decir, a intentar componer el mundo.