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¿Cuáles son los diferentes estilos educativos de los padres?

05-10-2012
 

¿Cuál es tu estilo educativo?

Padres autoritarios, permisivos y democráticos

Existen 3 tipos de estilos educativos diferentes: autoritario, permisivo y democrático. El autoritario se caracteriza por el excesivo control de los padres sobre los hijos, mientras que en el permisivo el control es insuficiente. Los padres con estilo democrático ejercen el control de una manera flexible.

Como padres, lo que define nuestro estilo educativo es la forma que tenemos de ejercer la autoridad. El estilo educativo que adoptamos está íntimamente relacionado con nuestra forma de resolver los conflictos o de tomar decisiones respecto a situaciones cotidianas.

Estos estilos, unidos al temperamento  de partida del  niño, dan como resultado diferentes formas de comportamiento. Los estilos educativos condicionan la manera de ser de nuestros hijos y su forma de relacionarse con los demás.

En este artículo sobre estilos educativos:

 

Característica del estilo educativo autoritario
Los padres que ejercen un control férreo sobre sus hijos y además lo hacen mediante la afirmación del poder (esto se hace así porque lo digo yo) tienen un estilo educativo autoritario.
La comunicación con los hijos es por lo general pobre. En ocasiones se debe a que la comunicación es escasa. Se trata de padres que no saben cómo hablar con sus hijos o cómo ponerse a su nivel para poder mantener una conversación.
En otras familias, existe abundante comunicación, pero los datos que aporta el hijo son utilizados para poder ejercer un mayor control sobre él. Esto, a la larga, termina provocando que los hijos no cuenten nada o lo menos posible e incluso que oculten información por miedo a la manipulación o las represalias.
En general, son padres poco afectuosos con sus hijos y que ejercen una alta presión sobre los mismos para que asuman responsabilidades. Aunque, en ocasiones, el elevado control les lleva al polo opuesto: se sobreprotege a los niños sin dejarles experimentar por sí mismos.
Estos padres suelen criar niños obedientes, pero también muy dependientes, poco alegres o espontáneos. Su sistema moral es rígido y difícilmente generan un código de conducta propio. La autoestima suele ser baja, son vulnerables a la tensión y fácilmente irritables.
Características del estilo educativo permisivo
El estilo permisivo se sitúa en el polo opuesto a los padres autoritarios. El control que ejercen sobre los hijos es escaso o inexistente. La comunicación con los hijos es buena y a veces, excesiva. Tratan a sus hijos como iguales, haciéndoles cómplices de confesiones que no son adecuadas para su edad y su capacidad de razonamiento.
Normalmente son afectuosos y no plantean a sus hijos tareas acordes con su edad de las que puedan ir asumiendo la responsabilidad (si el niño no quiere hacer la cama, que no la haga, si total es muy pequeño no se le puede exigir...). 
Los niños criados en este ambiente tienen muchos problemas para las interacciones sociales, ya que no cumplen unas normas estándar de comportamiento, son poco persistentes y muy descontrolados. Tienen muchas dificultades con el autocontrol y para asumir responsabilidades. Poseen un pobre sistema moral o normativo.
En principio son niños más alegres que los criados en un ambiente autoritario, pero a la larga la falta de control genera una baja autoestima, ya que se enfrentan a tareas que sobrepasan sus capacidades. Cuando crecen se convierten en adolescentes difíciles que transgreden las normas sociales en busca de límites externos.
Características del estilo educativo democrático
El estilo democrático se refiere también a los padres con elevado control, pero flexibles, que dan explicaciones a los niños acordes a su edad. Son padres afectuosos, que piden a sus hijos que asuman responsabilidades, también acordes a su capacidad.
La comunicación familiar es buena. Son padres preocupados que ayudan a sus hijos en la toma de responsabilidades sirviéndoles de guía en tareas cada vez más difíciles, pero dejando que sean ellos las que las solventen.

Este estilo genera niños con buenos niveles de autocontrol y autoestima, capaces de persistir en tareas, hábiles para las relaciones personales. Niños independientes, pero cariñosos con un sistema moral propio.